PARÁBOLA
DEL VACÍO
Jesús David Buelvas
Jesús David Buelvas
PARÁBOLA DEL VACÍO
2019
Corporación Universitaria de Caribe – CECAR
Rector
Noel Morales Tuesca
Vicerrector Académico
Alfredo Flórez Gutiérrez
Vicerrector de Ciencia Tecnología e Innovación
Jhon Víctor Vidal
Director de Investigaciones
Luty Gomezcáceres
Coordinador Editorial CECAR
Jorge Luis Barboza
editorial.Cecar@cecar.edu.co
© 2019. Jesús David Buelvas, autor.
ISBN: 978-958-5547-35-3 (digital)
DOI:
Sincelejo, Sucre, Colombia.
ColecciónPoesía
SerieEgresados
Lugar de encuentro y vinculación para nuestros graduados.
Buelvas, Jesús David
Parábola del vacío/Jesús David Buelvas.– Primera edición - Sincelejo
: Editorial CECAR, 2019.
56 páginas; 20,5cm.
ISBN: 978-958-5547-35-3 (digital)
1. Poesía colombiana 2. Literatura I. Buelvas, Jesús David II. Título.
808.81 B9285p 2019
CDD 21 ed.
CEP – Corporación Universitaria del Caribe, CECAR. Biblioteca Central –
COSiCUC
Contenido
Prólogo .......................................................................................5
Parábola del vacío
Siempre pasa algo ....................................................................9
Pregón del transeúnte ............................................................10
Cuarto 05:00 a.m. ....................................................................11
Equilibrio .................................................................................12
Metafísica de la soledad ........................................................13
Ejercicio ....................................................................................14
Comunión ................................................................................15
Impronta ..................................................................................16
Circense ...................................................................................17
Tengo que irme .......................................................................18
Así amanece ............................................................................19
Matinal .....................................................................................20
Anuncio ...................................................................................21
Antirutinaria ...........................................................................22
Ilusorio .....................................................................................23
Heraclitiada .............................................................................24
Homilía para los nuevos poetas ...........................................25
Solo… un muñeco ..................................................................26
Elegía para un indigente .......................................................27
Ardid ........................................................................................28
La mañana transcurre ............................................................29
Metamorfosis ..........................................................................30
Ataraxia .................................................................................... 31
4
Parábola del vacío
Réplica .....................................................................................32
Exigencias del capital ............................................................33
Ambivalencia de la nada ....................................................... 34
Palabra .....................................................................................35
Metaestética de la palabra .....................................................36
Abstracciones frente al espejo
I .................................................................................................39
II ................................................................................................40
III ..............................................................................................41
IV ..............................................................................................42
V ................................................................................................43
Espejo .......................................................................................44
Abstracciones frente a la lluvia
I .................................................................................................47
II ................................................................................................48
III ..............................................................................................49
IV ..............................................................................................50
V ................................................................................................51
VI ..............................................................................................52
Efectos ......................................................................................53
I .................................................................................................53
II ................................................................................................53
III ..............................................................................................53
Voyeur .....................................................................................54
Prólogo
Un libro y un poeta originales
Algunos libros, más que un prólogo, requieren
una advertencia preliminar. Este, sin duda, es el caso de
Parábola del vacío. El lector debe saber, antes que nada,
que no se estará enfrentando a “otro libro de poesía”. En
estas páginas no tropezará con una poesía fácil; y esto,
en dos sentidos. En primer lugar, no es una poesía fácil,
sentimental, de frases de cajón, de imágenes trilladas y
de una ambigua profundidad. En segundo, no es una
poesía fácil de digerir. Parábola del vacío es un libro denso
y a un lector poco avezado podría resultarle terriblemente
cáustico e incluso tóxico.
Pero, vamos a aclarar un poco estos dos elementos
que hacen de la poesía de Jesús David Buelvas una de las
más singulares de su generación.
En este poemario, Jesús David demuestra que la
poesía no solamente existe para exaltar la belleza, que la
poesía no solamente habita los campos oridos, los valles
amenos y las fuentes cristalinas. La poesía también habita
o, mejor, se esconde en la hostilidad de la urbe. El mundo
poético de Parábola del vacío, un mundo pedestre, de calles,
avenidas y centros comerciales, no está poblado por ninfas,
hadas y otros seres fantásticos y etéreos, sino por comunes
y hostiles transeúntes, indigentes, basura abandonada y
6
Parábola del vacío
telas de araña. La ciudad que nos describe el poeta no es la
metrópoli milagrosa, llena de luces y encanto, sino la urbe
oprimente en la que:
La lluvia se ha encargado
de lavar la tarde.
Las corrientes han arrastrado
las bolsas de basura,
la mierda de los perros
y esa otra cantidad de desechos
amontonados en las esquinas.
Agazapada en esa ciudad, se encuentra la sensibilidad
exacerbada del poeta. Rutina y Soledad son los fantasmas
(que no nos atreveríamos a llamar musas) que pueblan e
iluminan de una luz oscura la mente del poeta. El mundo
lírico de Jesús David Buelvas se construye de pequeñas,
molestas, lacerantes minucias cotidianas, de aquellas que
sazonan (o mejor, desazonan) nuestra existencia.
Este libro entraña una profunda lucha existencial:
una lucha que consiste en enfrentar la vida de cada día y
darle sentido a un mundo que no lo tiene. Salir a la calle
cada mañana y enfrentar una realidad desprovista de
encanto es, para el poeta, la gran lucha. Parábola del vacío
nos ofrece una poesía del desencanto, de la angustia, del
spleen, una poesía que canta
nuestras vidas enfermas
de días y zozobras.
Jesús David Buelvas
7
Hay que decirlo: es una poesía sobrecargada de
tedio, de hastío, de pensamientos oscuros y aterradores. El
pesimismo y el descontento no dan tregua.
Parábola del vacío se labra en soledad; una soledad
que es constante compañera del poeta, como puede
intuirse en poemas como Equilibro, Comunión, Metafísica
de la Soledad y La mañana transcurre. En esta soledad, el
poeta, más que inspiración recurre a la auto delación. En
el poema Metafísica de la soledad parece, por lo demás, el
autor dene su ars poetica:
Metafísica de la soledad
Estar solo es otra forma de saberse hombre.
De testicarse ante las exigencias de la nada.
Estar solo es darse tiempo
para revisar las líneas de la pared
procurando una fórmula
para conjurar la incertidumbre.
Estar solo es encontrarse con uno mismo
en el enigma de la esquina.
Es delatarse frente a la oscura razón de ser
para raticarse en el vacío de las palabras.
El verso de Jesús es libre, como su pensamiento,
que no parece comprometido con nada, salvo con una
franqueza contundente.
No siempre es fácil rastrear la tradición de un
poeta. Sin embargo, las raíces de la poética de Jesus
David Buelvas, por su carácter losóco, existencialista
y pesimista, las buscaríamos en el Cohelet de la tradición
8
Parábola del vacío
Judía y en Semonides, Focílides y Teognis dentro de la
tradición griega. Llamaríamos hermanos suyos a los
modernos malditos Baudelaire, Verlaine y Rimbaud, y al
nihilista Cioran.
Para terminar, quisiéramos evocar, con la admiración
y el respeto que el autor de Parábola del vacío nos merece,
aquellos inmortales versos de José Asunción Silva, un
congénere suyo:
Hay demasiada sombra en tus visiones,
algo tiene de plácido la vida,
no todo en la existencia es una herida
donde brote la sangre a borbotones.
David Herrera
Parábola del vacío
Jesús David Buelvas
11
Siempre pasa algo
Esta tarde alguien se lanzará al vacío.
La caída será vertiginosa desde un noveno piso.
En n
la oración del movimiento perpetuo
La obligación de no permanecer
entre estas cuatro paredes.
Hasta aquí también llegan
las insidiosas saetas de cualquier urgencia.
12
Parábola del vacío
Pregón del transeúnte
Nadie puede sanar estas heridas
que se convierten en una sola.
Esta costra sobre la cual caminamos
nuestras vidas enfermas
de días y zozobras.
Nadie ha de liberarnos.
Somos los transeúntes
y nuestro pregón se alarga hasta el cansancio.
Como la calle misma.
Como nuestra resignación frente a las esperas.
Jesús David Buelvas
13
Cuarto 05:00 a.m.
Deseas que nada te moleste.
Que a esta hora la vida continúe igual.
Horizontal como tú sobre la cama.
Sin embargo, ahí está el día
de nuevo con su retahíla
de carros y de gente.
Con su táctica de siempre
llevándote la contraria.
Sin más opciones te pones
las chancletas y vas al baño.
La pasta dental no sabe bien hoy.
Pero te lavas los dientes
mientras intentas no vomitar.
Tu cara en el espejo es la misma
sólo que un poco más maltratada.
Después de bañarte te vistes
mientras intentas seducir a tu mujer.
Ella se niega.
El día no cae en tu trampa.
Resignado
abres la puerta y sales a la calle.
14
Parábola del vacío
Equilibrio
Cada sonido evoca su propio silencio.
Cada palabra delimita su propio espacio.
Cada hombre pregura la medida
de su propia soledad.
Cada rapto de amor
conlleva su propia parcela de olvido.
Jesús David Buelvas
15
Metafísica de la soledad
Estar solo es otra forma de saberse hombre.
De testicarse ante las exigencias de la nada.
Estar solo es darse tiempo
para revisar las líneas de la pared
procurando una fórmula
para conjurar la incertidumbre.
Estar solo es encontrarse con uno mismo
en el enigma de la esquina.
Es delatarse frente a la oscura razón de ser
para raticarse en el vacío de las palabras.
16
Parábola del vacío
Ejercicio
Tal vez puedas ganar un poco más de quietud.
Sólo precisas un mínimo de equilibrio
en esta invertida posición de murciélago.
Después de lograr la comodidad necesaria
podrás probar otra perspectiva
acerca de esta realidad
acerca de esta materia que también te constituye.
Jesús David Buelvas
17
Comunión
Lo que se extiende más allá de estas paredes
ignora la existencia de alguien
que busca salvarse.
Ese alguien acude a lo que tiene a la mano:
su soledad y un puñado de palabras
que intenta atrapar al desgaire.
En comunión con ese ser
acudo a mi soledad.
Intento atrapar este puñado de palabras.
18
Parábola del vacío
Impronta
Habría que adentrarse en el pensamiento
de ese hombre recostado en el poste de la esquina.
Habría que ser ese hombre
para saber qué le permite quedarse tan quieto
a pesar de que todo se mueve a su alrededor.
Jesús David Buelvas
19
Circense
Desde las ventanas los espectadores
pretenden adivinar mis pasos.
Para su sorpresa
me dejaré caer en la próxima alcantarilla.
20
Parábola del vacío
Tengo que irme
Preciso salir de la casa para enfrentar el día.
Tal vez en otras casas
otros hombres estén en el mismo dilema.
Pensar en ello
no evita que deba franquear la puerta
que deba exponer todo mi ser sobre la calle.
¡No se retrasa el bus de lo cotidiano!
Este que a todas horas anda
con esquinas de semáforos, gritos y esperas.
Jesús David Buelvas
21
Así amanece
En esta ciudad que irrumpe en nosotros.
En esta ciudad en la que nada perdura.
En la que todos saben de las calles
de la geometría de las esquinas
y de las aceras.
En esta ciudad
en la que nadie sabe de sí mismo.
En la que nadie sabe
cómo acallar esta voz de encierro.
22
Parábola del vacío
Matinal
Seguirías en la inconsciencia del sueño.
Ese letargo que todo lo niega.
Incluso el dolor de espalda
y tu desgano ante la terquedad
de la costumbre.
Renunciarías a las manías del mundo.
A los círculos de fastidio
generados por la gente que lo habita.
¿Desistirías de ser tú
ante la inminencia de esta mañana?
Jesús David Buelvas
23
Anuncio
El hombre se detiene en una esquina.
Observa cómo todo gravita a su alrededor.
Su corazón
moldeado por el día y la costumbre
desea que la vida lo deje tranquilo por un rato.
24
Parábola del vacío
Antirutinaria
Lanzarse desde este quinto piso
sería una posibilidad diferente.
Un acto capaz de romper
esta rutina que se estira
sin garantías más allá del desgaste.
Jesús David Buelvas
25
Ilusorio
La luz cumple con su movimiento.
Ahora te enfrentas al tiempo
y entre los hombres
nada existe que te salve.
La oscuridad podría ser tu mejor arma.
26
Parábola del vacío
Heraclitiada
Otra forma de conjurar el peso de nuestra existencia.
Levantarnos para seguir siendo nadie
frente a la ciudad.
Esa mole dolorosa que se extiende más allá
de nuestros cinco sentidos.
Dentro de poco la gente estará siguiendo
el trazo de lo planteado por el día.
Se sentarán en las esquinas.
Entrarán en las tiendas
en las farmacias
en las panaderías.
Se montarán en los buses
llegarán a los bancos
a los centros comerciales
a los edicios de ocinas.
En n.
Esta manía teleológica del hombre.
Este ir y venir sin un aparente punto jo.
Jesús David Buelvas
27
Homilía para los nuevos poetas
También nosotros queremos la potestad del sueño.
Ahora los hombres se hacen adictos a la morna
a lo sicótico y a los antidepresivos.
Depresivos con b
grande y redonda como nota musical.
Que nadie cite a Rimbaud.
Es la hora de dormir
y no hay tiempo para nada diferente
que pensar en las ocinas y los carros que aceleran.
La inmaculada rectitud del estornudo.
La terquedad de una línea roja.
Los cantos de los pájaros en contra de las tildes.
No recurrir a los diccionarios
para arreglar los asuntos
de esta gente que duerme en las aceras.
Se precisa de mucho más que voluntad
para acudir a la misa de los aparadores.
28
Parábola del vacío
Solo… un muñeco
Solo un muñeco sobre el techo de la casa vecina.
Lo veo desde la ventana del segundo piso.
Me pregunto
en qué tarde de juegos habrá llegado hasta allí.
Parece contarme acerca de las manos
de los mimos y apretones que extraña
de los días en que reposó sobre una almohada
mientras penetraba los sueños de una cabeza infantil.
En ocasiones he querido rescatarlo
devolverle un poco de esa vida que dio
a quienes lo usaron para crecer.
Seres humanos muy parecidos a mí
cuando me alejo sin llevar a cabo mi anhelo.
Un adulto apto para ignorar los arranques
del niño que se asoma a la ventana
quien con su voz de matices que ya no distingo
me recalca que siempre dejamos las cosas que fuimos
(las cosas que tejieron la alegría de nuestra existencia)
para dedicarnos irremediablemente a ser nosotros mismos.
Jesús David Buelvas
29
Elegía para un indigente
No eres alguien que desee inventariar crepúsculos.
Tampoco estás hecho para los mármoles
ni los lienzos de los museos.
Esos lugares donde solo se exhibe
la efímera memoria de los hombres.
Tu esencia es de otra parte.
De ese sitio donde los espejos
vierten las imágenes rotas de los recuerdos.
Esa brecha por donde se te escurre
el desasosiego heredado por tus días de calles
por tus amaneceres sobre las bancas de los paraderos.
30
Parábola del vacío
Ardid
Pretendes escapar de las palabras y los ruidos
que te llegan desde la calle.
Señales que desvirtúan esta intimidad
que fabricas
al enrollar la toalla alrededor de tu cuello.
A través de las paredes
te llegan esas voces que hablan
de esto que en esencia te dene.
En medio de tal persecución
evades la realidad para escurrirte entre las grietas.
Jesús David Buelvas
31
La mañana transcurre
Te bañas mientras escuchas las voces
que salen del radio.
Revisas cada uno de los cuartos de la casa
en busca de una armadura
para enfrentar los asuntos del día.
Frente al espejo
te devuelves el escepticismo
que pervive en tu mirada.
Intentas convencerte
de que todo ocupa su lugar.
Sabes que eso podría ser una mentira.
Pero te las arreglas para que la duda
no haga su trabajo a cabalidad.
Caminas hacia la puerta.
Recuerda: ella solo señala
ese límite estrecho entre tu soledad y la calle.
32
Parábola del vacío
Metamorfosis
Esta mañana deberá levantarse
ir al baño, cepillar sus dientes
limpiar su cuerpo
–por dentro, por fuera–
alistarse para cumplir sus obligaciones.
De nuevo amaneció convertido en hombre.
Jesús David Buelvas
33
Ataraxia
Cierras los ojos y abres los brazos.
Así te quedas.
Estático en medio de la carretera.
Los pitos de los vehículos
los insultos de los conductores
y los gritos de los transeúntes
no se hacen esperar.
Todos exponen la misma razón:
debes retomar el papel
que de acuerdo con esta rutina
a ti te corresponde.
Nadie parece entender
que frente a la inmutabilidad de tu trance
el vértigo de la ciudad es un motivo insuciente.
34
Parábola del vacío
Réplica
Esta telaraña simula la idea de un pequeño universo.
Su urdimbre parece desaar y contener a la vez
las leyes de la materia y la antimateria.
Ubicada de manera estratégica
en cualquier esquina del vacío
esta réplica atrapa porciones de luz
y polvo cósmico precisas
para que su arácnido habitante haga las veces de dios.
Jesús David Buelvas
35
Exigencias del capital
Inventarios de piernas que no cesan.
Ojos ávidos de vitrinas.
Bocas que devoran.
Retazos de este día
en que dejo la tranquilidad de mi casa
para extraviarme
en el laberinto de este centro comercial.
36
Parábola del vacío
Ambivalencia de la nada
Copio las líneas que este silencio me dicta
música de palabras y espacios en blanco.
Imágenes que arremeten contra esto que soy
para lo que hay más allá de estas paredes: nada.
Jesús David Buelvas
37
Palabra
Sobre esta piedra consolido mi más preciado bien:
esta inconclusa identidad de habitante de las esquinas.
38
Parábola del vacío
Metaestética de la palabra
Una palabra entraña la medida de todo lo que con ella
ha sido, es y será nombrado.
Si la palabra cumple con esta condición
seguro tendrá futuro por sí misma.
El hombre la usará para nombrar lo que alcance
(gracias a ella) la categoría de ser.
Tal complejidad entraña la sencillez
de este asunto.
En cualquier momento el hombre se percatará
del valor de esta palabra.
Entonces la utilizará para nombrarse a sí mismo.
Abstracciones frente al espejo
Jesús David Buelvas
41
I
El hombre del espejo me asegura que no soy yo
que nada tengo que ver conmigo mismo.
Aunque quisiera ponerlo en duda
me dejo convencer con mucha facilidad.
Enrollar la toalla alrededor del cuello
puede ser un buen ejercicio
para prevenir el suicidio
para decirme que aún estoy aquí.
El hombre del espejo me recalca su negativa.
Sonríe burlonamente…
42
Parábola del vacío
II
El hombre del espejo habla de la ambigüedad
característica esencial de su mundo.
Comenta de sus extravíos por cada intersticio.
Sin más preámbulos extiende su invitación
para que yo me aventure a probar.
Una sensación incierta
me hace desconar de sus palabras.
Sospecho que en su mirada y en su voz
hay una trampa.
De repente
descubro que ya hemos cambiado de sitio.
Jesús David Buelvas
43
III
Tal vez tú seas el directo responsable
de asomarte al espejo
para sentir cómo tu imagen
esa precaria transmutación de ti mismo
te recalca la culpa
y se marcha
dejándote pasmado
después de haberte mostrado la lengua.
44
Parábola del vacío
IV
La voz del espejo suprime cualquier efecto
más allá de estas paredes.
La imagen sonríe burlonamente.
Mientras
tú te fragmentas
entre los anuncios de cualquier soledad.
Jesús David Buelvas
45
V
En el espejo, alguien hurga sus narices.
Al tiempo que lava sus dientes
se rasca el pecho
y me mira directo a los ojos.
Su gesto anuncia cuán pronto perderemos
esta mirada que mutuamente nos sostiene.
46
Parábola del vacío
Espejo
La fórmula:
saltar
para caer
sin sorpresa
en el otro lado.
Abstracciones frente a la lluvia
Jesús David Buelvas
49
I
Cuando la lluvia cae sobre la ciudad
una raza de seres tristes
se dedica a cazar los recuerdos
que navegan en los cristales de las ventanas.
Si alguna vez caminas bajo la lluvia
con seguridad
sorprenderás a alguno de ellos
ansiando encontrar entre las gotas
las formas precisas
para llenar el vacío que inunda
el contorno de sus ojos.
Si cuentas con suerte
y el cazador no percibe tu presencia
podrás descubrir en toda su dimensión
la forma exacta de la tristeza.
Luego podrás huir de allí sin remordimientos.
Si por algún azar ocurriese lo contrario
no te queda otro remedio.
Deberás aceptar que detrás de la ventana alguien
hacía mucho tiempo
esperaba por ti para hacerte saber
que es esa la estirpe a la que en realidad perteneces.
50
Parábola del vacío
II
La lluvia se ha encargado
de lavar la tarde.
Las corrientes han arrastrado
las bolsas de basura
la mierda de los perros
y esa otra cantidad de desechos
amontonados en las esquinas.
Esta lluvia nos favorece
al dejar todo más limpio
de un carácter casi aséptico
que se puede palpar
en esta quietud
en que se traduce la tarde
al dejarse acariciar
entre las voces de los vecinos.
Jesús David Buelvas
51
III
Una tarde en que la ciudad
se ha vuelto gris.
Una tarde
en que la lluvia insiste
en humedecer nuestro ánimo.
52
Parábola del vacío
IV
Poco antes de llegar a su destino
el hombre sopesa los efectos del aguacero
que todavía cae sobre sus hombros.
Una lluvia que se basta
para empapar de gris toda la tarde.
Una lluvia que insiste
en inundar la horma de sus zapatos.
Jesús David Buelvas
53
V
Cae del corazón de la madrugada.
Nos convierte en este amasijo
de ansias y temores
que vienen desde otros tiempos.
54
Parábola del vacío
VI
Escucha cómo la lluvia moja todas las cosas.
Su presencia humedece la ciudad entera.
Se desliza por las paredes
hasta penetrar el sueño.
Río que desemboca en el corazón del hombre.
Jesús David Buelvas
55
Efectos
I
La lluvia hace de las ventanas
un ritual de ojos extraviados en el innito.
II
La lluvia revela nuestra condición
de obstinados residentes del deseo.
III
La lluvia
Cuota de tristeza que te navega en la boca del
estómago.
Señal que te conduce
a través de estas corrientes que inundan a la vida.
56
Parábola del vacío
Voyeur
Tu mirada en pos de una realidad
que naufraga a través de la ventana.
La lluvia cayendo sobre la gente
sobre las calles, sobre los techos.
Versión digital
Parábola del vacío
Octubre, 2019
Sincelejo, Sucre, Colombia
Jesús David Buelvas
PARÁBOLA
DEL VACÍO
Jesús David Buelvas
Escritor, docente y gestor cultural nacido en Ovejas, Sucre, en
1973. Desde hace dos décadas vive en Cartagena de Indias lugar
en el que ha participado y dirigido varios talleres literarios así
como algunas actividades e iniciativas culturales. Ha publicado
los poemarios Los anuncios de cualquier soledad y Recuento de
cicatrices, el ensayo Entre el peligro y la salvación y la novela Este o
cualquier otro lunes. Tiene inéditos varios trabajos entre los que se
cuentan la colección de haikús y tankas La voz sin eco y el libro de
aforismos Manual del ególatra. Actualmente adelanta iniciativas
para empoderar su proyecto literario Mendi-kante Ediciones.
Graduado en Español y Literatura en CECAR (1996).