Misticismo y erotismo. El amor se convierte en adoración.
Cantar de los cantares. Santa Teresa de Jesús. El alma es la
sombra de un cuerpo que sufre con violencia los embates
de la pasión. La poeta bebe el vino que la embriaga y la
hace presa fácil de la divinidad erotizada. Un amor puro
y sin mácula, que se mueve libre de las categorías de
espacio y tiempo. Por tanto, un amor espiritual, místico,
en el sentido más pleno de la palabra. Pero, también
es un amor que proviene de una experiencia violenta,
redimida después por el mismo amor, y cuyo resultado
es la cicatriz-poema. Al mismo tiempo, un amor sensual,
de los sentidos y, sobre todo, del olfato, un sentido que
las bestias suelen tener más desarrollado que los hombres.
Un amor que es suscitado, además, por olores fuertes y no
delicados. Un amor del cuerpo, del tacto. Un amor egoísta
mismo en el otro.
Profunda raigambre Caribe. Plétora de imágenes y
remembranzas del Caribe (seres, objetos, impresiones,
memorias). La Naturaleza constantemente evocada es una
naturaleza del trópico. Pero esto no por elección propia,
Prólogo