La Danza entre los Árboles
Angélica María Sierra Franco
2020
Corporación Universitaria de Caribe – CECAR
Rector
Noel Morales Tuesca
Vicerrector Académico
Alfredo Flórez Gutiérrez
Vicerrector de Ciencia Tecnología e Innovación
Jhon Víctor Vidal
Director de Investigaciones
Luty Gomezcáceres
Coordinador Editorial CECAR
Jorge Luis Barboza
editorial.cecar@cecar.edu.co
© 2020. Angélica María Sierra Franco, autora.
ISBN: 978-958-5547-50-6 (impreso)
ISBN: 978-958-5547-60-5 (digital)
ColecciónPoesía
Sincelejo, Sucre, Colombia.
Este libro es producto de investigación. Fue arbitrado bajo el
sistema doble ciego por expertos en el área.
Sierra Franco, Angélica María
La danza entre los árboles /Angélica María Sierra Franco.– Sincelejo :
Editorial CECAR, ©2020.
114 páginas.
ISBN: 978-958-5547-50-6 (impreso)
ISBN: 978-958-5547-60-5 (digital)
1. Poemas 2. Literatura I. Sierra Franco, Angélica María II. Título.
808.81 S5724c 2020
CDD 21 ed.
CEP – Corporación Universitaria del Caribe, CECAR. Biblioteca Central –
COSiCUC
Contenido
Algo espejea en el lago............................................................ 19
Detrás de la puerta ................................................................. 21
Yo he sido feliz ........................................................................ 23
Eres la sensación .................................................................... 25
Anoche vi pasar un árbol ....................................................... 27
A Daniel Elías ........................................................................ 29
El amor que te profeso ............................................................ 29
Mi vientre doloroso amasa la vida ......................................... 31
Hasta hace unos días .............................................................. 33
He tomado un baño largo ....................................................... 35
Soy lo que quedó de mí ........................................................... 37
Arremetió con ímpetu el invierno .......................................... 39
No resisto ............................................................................... 41
¿Qué tiene la hoja del árbol? .................................................. 43
Qué amoroso es lo distante .................................................... 45
Ahora ...................................................................................... 47
Te conservaré .......................................................................... 49
Creo ........................................................................................ 51
En la rama .............................................................................. 53
¡Oh! Alma mía ....................................................................... 55
Hoy estoy agradecida ............................................................. 57
He aquí ................................................................................... 59
¡Estoy anhelando! .................................................................. 61
Si tu mente me dejase ............................................................. 63
4
Sierra Franco
Angélica María
El mundo solitario .................................................................. 65
No puede el amor dejar de ser ................................................ 67
¡Ah! bendito ........................................................................... 69
He abandonado mi cuerpo ...................................................... 71
Desde que vi tu rostro ............................................................ 73
Entregué mi amor .................................................................. 75
Si por mi amor te salvaras ...................................................... 77
........................................................................................... 79
Delicada hoja que vibra .......................................................... 81
¿Qué son las palabras? ......................................................... 83
Nada me interesa ya ............................................................... 85
Luz de luna ............................................................................ 87
Como el torrente que busca la sed .......................................... 89
Invoco tu nombre ................................................................... 91
No se sacian las ansias de ti ................................................... 93
He traído el cántaro lleno ....................................................... 95
Soy tu símbolo ........................................................................ 97
He visto mi alma escaparse .................................................... 99
Me aproximé a la vida desde la cúspide ............................... 101
Mis manos doloridas ............................................................ 103
Ingresé irreverente ............................................................... 105
Mi alma que no me pertenece ............................................... 107
Despierta mi alma ................................................................ 109
Tengo un corazón ................................................................. 111
Prólogo
Poesía naturalista. Natura cantándose, celebrándose a sí
misma. Desdoblándose en la estrofa, siendo, a la vez, ave,
canto, contemplación y goce. Una poesía pura, sincera,
libre, lejana del lastre banal de la poesía mundana. Una
poesía sin alardes y llena de belleza. No por simple y
directa, menos misteriosa y profunda. Es el Creador que
se regocija en las creaturas, a través del alma poética, que
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araña –Así luz y lumbre/ gota y lluvia/ trueno y tempestad–,
       
representación de la Naturaleza divina que le habla al
alma atenta en el lenguaje mudo del misterio.
Libro místico e intimista. Podemos inscribirlo en la
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San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Algo espejea en
el lago. Ese lago es el alma poética en cuyo diáfano espejo
se acrisolan los rayos del Sol eterno. Cuando el sol se eleva/
se extienden las alas de la plegaria.
Misticismo y erotismo. El amor se convierte en adoración.
Cantar de los cantares. Santa Teresa de Jesús. El alma es la
sombra de un cuerpo que sufre con violencia los embates
de la pasión. La poeta bebe el vino que la embriaga y la
hace presa fácil de la divinidad erotizada. Un amor puro
y sin mácula, que se mueve libre de las categorías de
espacio y tiempo. Por tanto, un amor espiritual, místico,
en el sentido más pleno de la palabra. Pero, también
es un amor que proviene de una experiencia violenta,
redimida después por el mismo amor, y cuyo resultado
es la cicatriz-poema. Al mismo tiempo, un amor sensual,
de los sentidos y, sobre todo, del olfato, un sentido que
las bestias suelen tener más desarrollado que los hombres.
Un amor que es suscitado, además, por olores fuertes y no
delicados. Un amor del cuerpo, del tacto. Un amor egoísta

mismo en el otro.
Profunda raigambre Caribe. Plétora de imágenes y
remembranzas del Caribe (seres, objetos, impresiones,
memorias). La Naturaleza constantemente evocada es una
naturaleza del trópico. Pero esto no por elección propia,

Prólogo
7
elegido los motivos de sus cantos. Es el Caribe el que la ha
elegido a ella para que lo cante.
Libro tejido con amor. Sinceridad y frescura se mantienen
intactas en una poesía escrita con la espontaneidad que a
veces el arte arrebata. Poesía vital. Poesía que salva. Que
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quiere, revolucionaria: en un mundo como el nuestro…

David Herrera Serna
Prólogo
9
Cuando se trata de ella, me agrada la plática, y exhala para
mí un exquisito olor de ámbar. Si habla ella, no atiendo a los
que están a mi lado y escucho sólo sus palabras placientes y
graciosas. Aunque estuviese con el Príncipe de los Creyentes,
no me desviaría de mi amada en atención a él. Si me veo
forzado a irme de su lado, no paro de mirar atrás y camino
como una bestia herida; pero, aunque mi cuerpo se distancie,
mis ojos quedan jos en ella, como los del náufrago que, desde
las olas, contemplan la orilla. Si pienso que estoy lejos de ella,
siento que me ahogo como el que bosteza entre la polvareda y la
solana. Si tú me dices que es posible subir al cielo, digo que sí y
que sé dónde está la escalera.
Ibn Hazm de Córdoba
Las copas sin vino son pesadas, son arcilla como las vasijas de
barro, más al llenarlas de vino se hacen leves, lo mismo que los
cuerpos con las almas (…)
Por ti elevaré cánticos mientras viva, y por tu mosto que
apuran mis labios. Llamo “hermano mío” al jarro que enviaste
y de su boca gusto el mejor de mis regalos. Hasta mis propios
amigos me creen ebrio; por eso me preguntan: ¿cuánto tiempo?
Les respondo: ¿cómo tener ante mí bálsamo de Galaad y no
beberlo para curar mis males? ¿Cómo desdeñar un jarro
todavía si mis años no llegan aún a veinticuatro?
Yehuda HaLevi
No te aijas: la belleza volverá a regocijarte con su gracia; la
celda de la tristeza se convertirá un día en un jardín cercado
lleno de rosas. No te aijas, corazón doliente: tu mal, en bien
se trocará; no te detengas en lo que te perturba: ese espíritu
trastornado conocerá de nuevo la paz. No te aijas: una vez
más la vida reinará en el jardín en que suspiras y verás muy
pronto, ¡oh, canto de la noche!, una cortina de rosas sobre
tu frente. No te aijas si no comprendes el misterio de la
vida. ¡Tanta alegría se oculta tras del velo! No te aijas si,
por algunos instantes, las esferas estrelladas no giran según
tus deseos, pues la rueda del tiempo no siempre da vueltas
en el mismo sentido. No te aijas si, por amor del santuario,
penetras en el desierto y las espinas te hieren. No te aijas,
alma mía, si el torrente de los días convierte en ruinas tu
morada mortal, pues tienes el amor para salvarte de ese diluvio.
No te aijas si el viaje es amargo y la meta invisible. No hay
camino que no conduzca a una meta. No te aijas, Haz, en el
rincón humilde en que te crees pobre y en el abandono de las
noches oscuras, pues te quedan aún tu canción y tu amor.
Haz
A ti,
eres la mano que sostiene la cometa y al viento que la
mantiene volando
.
La Danza entre los Árboles
19
Sierra Franco
Angélica María

La hamaca sigue su arco de ternura como vientre
tejido con las manos]
La enramada espesa del Tamarindo delata el paso
abnegado de un hombre y el canto de zafra atrae al sol
que se resiste a acallar el mugido del mundo
Algo recorre las grietas de mi rostro

me hace crecer un arcoiris de margaritas
La silueta de una casa hecha de retazos de bosque guarda
formas memorables laberintos de una infancia que
juega a encontrarse
Algo
Algo
surca los cielos de esta tarde y nos seca el verano
sobre las aguas de la sed
Sierra Franco
Angélica María
21

pasan tantas cosas
una abeja deja la cera para el inicio de la colmena
una araña teje la tela del camino con hebras de tiempo
el polvo hace una línea que luego se convierte en
estornudo]
un joven pinta inescrupulosamente un confesionario
un niño juega a esconderse de su madre
y en ocasiones la madre de su niño
Detrás de la puerta se está dentro
Detrás de la puerta se es susurro
y de vez en cuando
dos amantes hacen el amor
23
Sierra Franco
Angélica María

lo juro
No puedo negar la felicidad que me trae el viento
en una huracanada
ni puedo eludir el esfuerzo del agua
al levantarse en ola ágil y sonora
He sido feliz en ella
He sido feliz
lo juro
sobre todo el día en que dijiste que eras viento
y yo te respiré
Sierra Franco
Angélica María
25

que viene después de la tormenta
cuando el olor a tierra húmeda aún está presente
y el sol le hace el amor a la gota
hasta que le permite un orgasmo de colores
Siento mi piel como esa tierra
ya no seca
ya no árida

Siento el mar agolpándose en mi vientre
lo siento rugir
contenido por el cielo
y unas vasijas de tierra a punto de quebrar
27
Sierra Franco
Angélica María

Ingrávido y ágil
dejó una estela de hojas a su paso
y el viento jugó con ellas
Lo vi deprisa por las avenidas del parque
y sangrante
la savia se desleía de su base
secando sus ramas
¡Insoportables!
¿Qué te ha obligado a dejar tus raíces noble sauce?
¿Por qué desafías al creador que inmóvil
te coronó más cercano al cielo?
Entonces
trinó un pájaro
Sierra Franco
Angélica María
29
A Daniel Elías

tiene un intenso olor a sándalo
que me nace en el vientre y
que he guardado para los pies de un rey

te preparo mi vientre para que vivas
31
Sierra Franco
Angélica María

Ha sido testigo del soplo de oro
¿Cómo puedes verme virgen e inmaculada?
¿Cómo si he renunciado al cielo y a la gloria en majestad?
Misericordia de los hombres suplicantes de deseo
que entre túnicas buscan el descanso
Mi vientre doloroso amasa la vida
y mi útero lleno ha concebido
¿Quién volverá a expulsarme si he sido redimida?
¿Quién podrá hallarme mancha si ya he sido limpiada?
No hay potestad de sabios ni labios que me condenen
No hay nombres mil nombres
La lechuza ha quedado en silencio
Has arrancado mi carne soy el polvo de tu hornilla
Me has revindicado
No me llamarás más Lilith

Sierra Franco
Angélica María
33

era una comarca yerma
estéril
sombría
mis pastos aniquilados con el insulso verano
no daban retoño al humilde labrador
Esta mañana
poco después de la llovizna
en este valle
ha brotado un lirio
35
Sierra Franco
Angélica María

y te has hecho agua en mis pensamientos
¿Te conté que me obsesiona su transparencia y esa
capacidad que tiene de llegar a todos los lugares que se
propone?]
El agua me ha arrasado
me ha acariciado el cuerpo
tibia
ágil
El agua ha resbalando por mis sienes
se ha metido en mis oídos me ha rozado los labios
El agua ha bordeado mis senos
ha llegado a mi sexo y se une a otras aguas
El agua me ha hecho sudar entera
me ha hecho estallar
El cielo supo de este huracán
también estalló
¡Llueve!
Sierra Franco
Angélica María
37
Por saber que me pudro: ámame
Héctor Rojas Herazo

después de rasgarme las vestiduras
y hallarme con los ojos desnudos de hipocresía
Soy lo que tras la lluvia susurra en la tierra
las ansias de un mar perdido

¡Quizás!
Soy el elemento creado
en el suspiro de la aurora postrera
Soy el verbo
la sal
la lumbre
soy la mar
Soy el amor naciente por la sola voluntad de ser

¡Me pudro!
39
Sierra Franco
Angélica María

como si quisiera borrar las huellas de sol
en las playas de mi cuerpo
Arremetió furioso ante la ola discreta y tranquila
como queriendo fabricar de mí un maremoto

Así amanece en tu cuerpo
la dicha de la ola y su espuma
el azul de aire
Unos labios que son solo promesa
y a lo lejos una línea inalcanzable
Sierra Franco
Angélica María
41

Me has condenado al más infame de los suplicios
Me has arrebatado la paz que da lo vil y lo vano
y me has atado a las cadenas de la sabiduría y el arte
Me diste a probar de un vino
y arruinaste mi vertiginosa caída al océano del tedio
Me has condenado a la celda de mi memoria
en donde habitas
43
Sierra Franco
Angélica María

que al caer dispone su cuerpo ya inerte
sobre la tierra para nutrirla de vida?
¿No es acaso la misma tierra
la misma savia del mismo sabedor?
Así luz y lumbre
gota y lluvia
trueno y tempestad
Sierra Franco
Angélica María
45

es tan liviano que lo conduce el viento
Así como a las palabras
47
Sierra Franco
Angélica María

que me he hallado perdida en el bosque
Ahora que ya me desaté
y escapé de la hoguera
y me sumergí en el océano de luz
reconozco que no soy más que carne y hueso
Ahora que ya he sido fuego
y he dominado el silbido de los pájaros
ahora que ya no soy más
reconozco que estoy hecha de arcilla y canto
Ahora que he sido nada reconozco mi nulidad
reconozco que no soy más que poesía
Sierra Franco
Angélica María
49

por siempre como un amor puro e inalterable

que no podrá ser cercado
ni echado fuera
que no tendrá distancias físicas
ni tiempos
ni silencios
Te conservaré en la cámara secreta de mi pecho
como una marca
una herida que sana y adorna la piel
51
Sierra Franco
Angélica María

que me he vuelto adicta a ti
y a ese temblor que viene contigo
cuando das vuelta en alguna esquina y te diviso
A ese sonido que acompaña tus pasos
Me he vuelto adicta a las palabras
y a los silencios que salen de tus ojos
y se recitan en versos
que otros escribieron o presintieron
Me he vuelto adicta al olor crudo de tu cuello
a trementina
a lienzo fresco
a ola
a espuma
a mar
Hueles a lo antiguo
a madera secada a sol
a libros escondidos en el templo de mis fantasías
52
Sierra Franco
Angélica María
Soy adicta a ti
a tus dedos
a tus labios
a tus besos
a ti
y a todos los seres que representas
a ti
y a mí cuando estoy contigo
Sierra Franco
Angélica María
53

del almendro de mi patio
una torcaza tejió un nido
con las hebras del tiempo arrojadas
en medio de la espera

la semilla callada
y el fruto enmarañado e inmaduro
aguarda su dehiscencia
A lo lejos
divisé un rostro
entonces
el ave halló su hogar

y la carne seca
se hizo agua entre mis labios
55
Sierra Franco
Angélica María
Necesito tener el alma mansa
como una triste era dominada,
complacerle con púas la tersura
de su piel deslumbrada en mansedumbre
Carmen Conde

¿Dónde dejaste el cordón de tu cola?
¿Dónde perdiste la rienda
y dejaste al albedrío del viento
tu naturaleza vaga?
Pequeña sombra mía
¿No te he dicho
que puedes perder la cordura
con sólo escucharlo trinar?

que por voluntad eres indómita
te abalanzas al río del deseo
habitante de otro cuerpo
para enfermarlo de ti
56
Sierra Franco
Angélica María
Pobre aquel que un día vio pasar un alma en pena
y le ofreció consuelo con poesía
Pues mi alma
que ya no me pertenece
ahora indomable lo posee
Sierra Franco
Angélica María
57

sobre todo por el momento en que estabas fuera de ti
y entonces más bien estabas dentro de ese espacio
que guarda la memoria de todas las vidas

con esos ojos profundos y antiguos
como si quisieras regresarme al momento
en que fui arrancada de tus carnes
y me pusieron sobre la tierra
como si no te bastara con el ahora
y necesitaras pronunciar todos mis nombres
Fue el momento de la entrega
de la promesa
de la consumación
como si mi cuerpo fuera un becerro
y mi alma el incienso de la ofrenda
58
Sierra Franco
Angélica María
Te entregué todo en esta vida
al igual que te he entregado todo en las otras
y me quedé con nada
vacía
como un nido
o una vasija que espera la semilla
para hacerse canto
hacerse fruto

vacía de mí
llena de ti
cantando
59
Sierra Franco
Angélica María

Las manos frágiles de mi madre
con su maraña de venas saltonas
que bombean dádivas inconmensurables
La levedad de mi padre
en su equipaje de regreso
dejando pesado el tiempo
en que se ha apostado la vida
entre árboles y libros la misma cosa
Unas ganas y un asombro
sueños inconclusos preñados
que no se resisten ni entregan
La semilla del misterio y
otras tantas ya germinadas
en cuyas ramas me acobijo y me alimento
Pocos enemigos
y menos amigos que los primeros
en los que he de ser siendo
60
Sierra Franco
Angélica María
Una música de viento y el viento
He aquí este poema
mi más preciado tesoro
espacio de mi memoria
que aún no me pertenece
Sierra Franco
Angélica María
61


porque anhelo el eco de tus pasos
al acercase tus ojos por cualquier esquina
No importa si los veo
mientras sienta el mágico toc toc toc
que mide el tiempo de la espera
Anhelo la palabra callada antes que la dicha
pues son tus manos compases
que marcan rítmicamente el canto de los pájaros
Anhelo tu nombre el sólo acto efímero de saber que
existes
no importa si no cruzamos vidas
o si no hacemos memorias de encuentros
Sé que existes como sé de Dios
por la sola revelación
Soy un anhelante

estoy anhelando
63
Sierra Franco
Angélica María

y tu corazón me apartase algún día
sin duda a ti volvería con otras alas y otro plumaje
Sierra Franco
Angélica María
65
Un hombre, bajo el cielo, ve sus manos
Vicente Gallego

emergió de un dedo
y de su estela se formaron todas las cosas
En la base de una mano cabe el soplo
y la piedra labrada por el tiempo
Cabe el tiempo
En la hondura de la mano todo danza
y se hacen las formas de la música
Cabe la palabra
Con los dedos de la mano el pan se amasa
y se sacian las hambres de los cuerpos
si se juntan
el hacha suena
y corta
y mata
si se juntan
el sol se eleva
se extienden las alas de la plegaria
66
Sierra Franco
Angélica María
En esa mano cabe el mundo
y todas las cosas
Incluyéndote
67
Sierra Franco
Angélica María

El universo es una urdimbre con hilos de oro
que se enmarañan
por las almas
que se pierden y se encuentran
En los intersticios
habita la mirada
En los nudos
una fuerza aparente templa la vida y le da forma

que Elohim teje y cose
con las hebras de su barba
Sierra Franco
Angélica María
69

sea este desespero de ti
Estas ganas inmensas de extender mi raíz hasta tu cauce
y beber del río que te recorre por dentro
para evitar deshojarme

Exaspero en esta sed de ti que me consume
hasta fatigar mis ramas
y dejarlas sin fuerzas ante la borrasca
Estas ganas de darme en almíbar fresco

que aún habitan en la algaba nubosa de mi mente
como recuerdo vivo de un vuelo entre sombras
¡Ah! bendito sea este desespero
que hace que me crezca un bosque
71
Sierra Franco
Angélica María

para acampar bajo las ramas de tus ojos
e instalar mi casa en ese espacio que tienes entre los
pulmones y el pecho
Andar sin remedo y sin apuro
por las entrañas de tus huesos

Puedo fácilmente navegar en tu torrente por las vías de
tus venas
y recorrer los rincones ignotos del barro en donde Dios
moldeó tus tempestades
Puedo incluso amalgamarme con el lodo putrefacto
y convertirlo en alimento para las raíces de este árbol
Puedo amado mío ser inquilina de tu cuerpo
y compartir con tu alma la estancia de este amor
Sierra Franco
Angélica María
73

en los espejismos de este mar
tejo y destejo los sueños
anhelos de otras vidas
en las que te seguí los pasos
mariposa de tu patio
gota de tu océano
piedra en la escarpada
niña
anciana
ama
meretriz
Señera forma de aproximarme
tiñendo con sangre el telar
deshaciéndome las venas
para abrigarte el alma
75
Sierra Franco
Angélica María

al albur del mundo
y lancé por tierra las canicas
para la última apuesta
Los sinsontes abandonaron las astromelias
las garzas acamparon en el lodazal
con sus picos amordazados por la espiga
los orejeros renunciaron al eco del mar
y dejaron sus maderas al albedrío de las hachas

y encalló en el tronco de la memoria
donde yacen las palomas cada tarde
Al caer la noche
cuando el azar es baraja perdida
tu recuerdo viene a mí
como quien regresa después de la guerra
herido
pero latiendo
Sierra Franco
Angélica María
77

de podrirte en el suelo
cual fruta madura que no resiste el árbol
te juro amado mío que como semilla en tierra buena
germinarás
y serás dulzor por siempre
en los picos de los pájaros
79
Sierra Franco
Angélica María

rama que te extiendes por mis brazos
y esparces la semilla eclosionada a la intemperie

y ondulo los instantes preñados de recuerdos
Tú fruta madura
te deshaces en las manos del sol
y dejas temblorosos los labios

material del caos
con el que se ordenó el mundo
espacio del tiempo detenido
en el que eriges tu reino
De eso de ti y de mí
están hechas las palabras
Sierra Franco
Angélica María
81

como luz incipiente
Algo en ti es grave
onda que expande lenta sus anillos dorados en el granito
Eslabón fantástico
silogismo exacto


un imperio de polvo
en aquel libro que espera en la biblioteca
El inevitable estornudo
un pañuelo viejo
y las reiteradas tretas de Adán para morder
clavar el diente
en las palabras que secas te nombran
menos aquella juguetona que recrea el mundo
83
Sierra Franco
Angélica María

en la boca del amado?
Antes de escucharte
ataba los nudos de la cuerda
templaba las amarras
y me anclaba al puerto
Ahora
después de la poesía
todo el silencio
es susurro de aleteos
Nadie los toca
Nadie los ve
Son navíos en la bruma de altamar
sin otro destino
que el alba
?
Sierra Franco
Angélica María
85

Soy devoto a ti un ferviente amador
Creo en tu sonrisa
y mi incienso arde en la pupila de tus labios

Haz un nido en ella
Perfúmala de palabras
Presiento que algo sagrado se escurre
se detiene y canta mariposas en tu vientre
Mis raíces arraigan en tu barro
Mi semilla espera atenta para brotar
Hazte aleteo de palomas blancas
87
Sierra Franco
Angélica María

en un espejo de mar

como una bandada de gaviotas que buscan anidar en tu
puerto
Así
piedra de silicio y cal que canta bajo el sol
y abrasa la yesca húmeda de esta hoguera que somos
Así
Somos
Sierra Franco
Angélica María
89

como el rocío que anhela la noche
como el viento en agonía de vuelo
como el árbol que busca al pájaro para ser árbol
Así mi sombra se levanta entre las almas y te busca en las
serranías de cemento y polvo
Desiertos incandescentes vacíos de todo
Así recorro las fronteras
del naciente al poniente
hasta encontrarte en el silencioso sueño de Dios
91
Sierra Franco
Angélica María

Tres veces tu nombre
y el sol escondido tras las faldas de la noche salta entre
las ramas del almendro que a lo lejos calibra el horizonte
Invoco tu presencia caudalosa que se abre paso entre
la silenciosa escoria que olvidó el fuego interno que la
convoca
Te llamo a esta posibilidad remota de despertar al
milagro
y dibujar con tus dedos el alba
sobre esta mujer encarnada que soy
Sierra Franco
Angélica María
93

Crecen dentro de mí como una semilla en tierra buena
que extiende la raíz hasta el cauce del río profundo que
me recorre los huesos
Se expanden como el cielo ante una gaviota en vuelo que
cae herida al mar sobre nubes de espuma
Crecen mis ansias de ti como las semillas de la acacia y
las gaviotas de mi mar ya le hicieron nido
95
Sierra Franco
Angélica María

Una mezcla de uvas frescas y sangre antigua aderezan la
carne de tus labios
Embriágate amado mío
bebe de mí eso que te he guardado por siglos

bebe y témplala
luego sobre ella camina
Sierra Franco
Angélica María
97

el fragmento
la otra parte de la roca
arena de un reloj invertido
Un montón de minerales y polvo que se atrajeron para
sanarse y en un abrazo fundirse]
en esa roca están impresos los siglos
y las ruinas de los dioses y el trasegar del río
Esa roca está hecha de mundo
y es la mitad de la mitad de mí
99
Sierra Franco
Angélica María

por la arista del espejo
presurosa
vagabunda
La he visto correr tras las hojas
que una humareda ha dejado
tras el incendio de dos cuerpos
como queriendo reanimar
todo aquello
que se ha resistido a la faena
y que por voluntad propia o ajena
ha abandonado el paraíso
Mi alma
que no sabe de cordura
ha irrumpido en el templo de los amantes
y ha esparcido las cenizas
aboga clemencia por la hojarasca
para que un día
vuelva a levantarse árbol
Sierra Franco
Angélica María
101

y divisé los espejos del alba

en la caricia que es labranza
en la piel de junco y piedra
El estandarte de mi gloria
Me abandoné a las exhalaciones
y fui alimentada
de la sal sobrante
del mar de leva
la caída del agua
103
Sierra Franco
Angélica María

cuentan tus cabellos
y uno a uno se han vuelto palabras
con las que tu cuerpo pronuncia mi nombre
portal de luz en el que fui mantra
susurro
eco de mar
El dolor de esta vida que se teje
hebra a hebra
Sierra Franco
Angélica María
105

al templo de las palabras
y desaté las alforjas sagradas
con las que he malabareado la vida
Entré y te divisé a lo lejos
Sacerdote
comarca
pueblo
y fueron tus ojos
casa
patio
acequia
mar
Dispuesta mi alma en vuelo
comenzó la escucha
y todas las mariposas fueron presas de aquel fuego
que desataron tus gestos
flamas
con la complicidad del viento
107
Sierra Franco
Angélica María


recorre los abismos y los picos de la sierra
se adentra en el torrente de la piedra y salta
Mi alma que no está en mí
mira por los ojos de la calle
remonta vuelo en alas de cuervos
y adula el plumaje de la justicia
Mi alma guarda silencio ante el santuario
y se posa entre sus columnas imperiosas
conoce el sonido del cuenco hueco y profundo del vacío
en donde habitan los otros
Sierra Franco
Angélica María
109

en el canto de la alondra que recorre la montaña para
vigilar la noche
Canta e invoca los espíritus que hacen trémula las nieves
antes de parir la tierra
Canta y la piedra eclosionada será susurro de río
llamamiento de mar]
Canta y mi alma que pende de un pico
se coloreará de auroras
111
Sierra Franco
Angélica María

de pueblo cercado de matarratón
fronda de mango color de coral
Un corazón a dos tiempos que conoce el rigor de la
canícula y la creciente del río
Trino de pájaro agorero inocencia y misterio
Tengo un corazón de pueblo que anda descalzo
la tierra
sembrándose
Canción del Viento
Edición digital
Abril, 2020
Sincelejo, Sucre, Colombia
Angélica María Sierra Franco
Nació el 20 de noviembre de
1987 en la ciudad de Sincelejo en
el seno de una familia de raigam-
bre compartida entre Córdoba y
Sucre. Arquitecta de la Corpora-
ción Universitaria del Caribe y
Magíster en Hábitat de la Univer-
sidad Nacional de Colombia. Ha
producido artículos cientícos y
secciones de libros publicados en
torno a los estudios del hábitat ca-
ribeño y sus formas de ser y hacer
el territorio.
Hasta hace poco se adentra en
el mundo de las letras con una se-
lección de poemas publicados en
su libro Claroscuro, “libro denso
y nihilista entre el sortilegio del
cuerpo y la desesperanza”.
La Danza entre los Árboles
La Danza entre los Árboles
Angélica María Sierra Franco
Poesía
Angélica María Sierra Franco
La Danza entre los Árboles
Angélica María Sierra Franco
Misticismo y erotismo. El amor se convierte en adoración.
Cantar de los cantares. Santa Teresa de Jesús. El alma es la
sombra de un cuerpo que sufre con violencia los embates de
la pasión. La poeta bebe el vino que la embriaga y la hace
presa fácil de la divinidad erotizada. Un amor puro y sin
mácula, que se mueve libre de las categorías de espacio y
tiempo. Por tanto, un amor espiritual, místico, en el sentido
más pleno de la palabra. Pero, también es un amor que
proviene de una experiencia violenta, redimida después
por el mismo amor, y cuyo resultado es la cicatriz-poema.
Al mismo tiempo, un amor sensual, de los sentidos y, sobre
todo, del olfato, un sentido que las bestias suelen tener más
desarrollado que los hombres. Un amor que es suscitado,
además, por olores fuertes y no delicados. Un amor del
cuerpo, del tacto. Un amor egoísta que ama al otro en sí
mismo; y generoso, que se ama a sí mismo en el otro.
Profunda raigambre Caribe. Plétora de imágenes y remem-
branzas del Caribe (seres, objetos, impresiones, memorias).
La Naturaleza constantemente evocada es una naturaleza
del trópico. Pero esto no por elección propia, pues nadie
eligió el lugar donde nació; así, la poeta no ha elegido los
motivos de sus cantos. Es el Caribe el que la ha elegido a ella
para que lo cante.
David Herrera Serna
Angélica María Sierra Franco
Nació el 20 de noviembre de
1987 en la ciudad de Sincelejo en
el seno de una familia de raigam-
bre compartida entre Córdoba y
Sucre. Arquitecta de la Corpora-
ción Universitaria del Caribe y
Magíster en Hábitat de la Univer-
sidad Nacional de Colombia. Ha
producido artículos cientícos y
secciones de libros publicados en
torno a los estudios del hábitat ca-
ribeño y sus formas de ser y hacer
el territorio.
Hasta hace poco se adentra en
el mundo de las letras con una se-
lección de poemas publicados en
su libro Claroscuro, “libro denso
y nihilista entre el sortilegio del
cuerpo y la desesperanza”.
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